
Latinoamérica asiste a la agresión rusa contra Ucrania desde una lejanía tanto geográfica como política. Sin embargo, no escapa de las consecuencias que esta traslada a nivel global y, además, sí cumple un papel relevante de manera indirecta.

En vista de las históricas sanciones económicas aplicadas por EE. UU. y sus aliados contra Rusia, el mes pasado supimos que Arabia Saudita estaba considerando aceptar pagos denominados en renminbi en lugar de dólares estadounidenses (USD) por sus exportaciones de petróleo a China.

Lo que la pandemia no consiguió, el conflicto en Ucrania sí que puede hacerlo: las estanterías de los supermercados vacías como última consecuencia del precio disparado de algunas materias primas.
Se ha hablado mucho del papel de Rusia como proveedor de petróleo y gas al resto del mundo, pero su condición de productor clave de productos agrícolas también conlleva que exista un riesgo real de escasez de alimentos en el futuro.

En caso de que no haya estado siguiendo el mercado últimamente, las tasas de interés son mucho más altas, la confianza del consumidor es débil, los precios de la energía y los alimentos se han disparado y hay una guerra en el continente europeo.

Empezamos el año con el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, y sus colegas convencidos de finalizar con la política monetaria ultralaxa y las condiciones financieras acomodaticias a niveles más normales. El conflicto en Ucrania, además de la tragedia que supone, ha puesto en riesgo el suministro de materias primas, exacerbando aún más la espiral inflacionista.

A principios de año esperábamos un crecimiento por encima de la tendencia y una desaceleración de la inflación a medida que todas las economías eliminaban las restricciones contra la COVID y disminuían las presiones temporales sobre los precios derivadas de la pandemia. La invasión rusa de Ucrania y las consiguientes sanciones a Rusia han alterado esta previsión.

Para los mercados financieros, es de esperar mucha volatilidad, generada no tanto por el conflicto en Ucrania, sino por el rebrote de la inflación y el intento de atajarla por parte de los bancos centrales.

Nueva edición del Informe trimestral de estrategia correspondiente al segundo trimestre de 2022, a cargo del equipo de analistas de Crèdit Andorrà Asset Management, Creand Wealth Management (Gesalcalá, SGIIC, SAU) y Creand Wealth Management (Miami, EE.UU.)
El documento está disponible en las versiones en castellano, inglés y catalán.

Los bancos centrales de la región han continuado tomando medidas para combatir una creciente y prolongada inflación, en un entorno de inestabilidad política y con una economía que aún no ha recuperado los niveles de actividad previos a la pandemia.

Cuanto más ineficiente es un mercado, más oportunidades ofrece.
Las materias primas cada vez están más extendidas entre la comunidad inversora a nivel mundial. El hecho de que muchas de ellas tengan una dependencia muy importante sobre la demanda de un solo país (China) hace que, de alguna manera, sus cotizaciones sean más ineficientes. Esto es todavía más evidente si se trata de un país como China, donde el mercado está altamente regulado, por lo que se crean todavía más ineficiencias.