
La semana pasada comentábamos las dificultades que tendría la Reserva Federal para subir los tipos de interés debido al elevado nivel de deuda en la economía norteamericana, pero tampoco descarten una subida de tipos en marzo (reunión de los días 14 y 15) si el paquete de reformas impositivas es agresivo, más allá de lo que finalmente se apruebe en el Congreso.
Es lo que los americanos llaman pre-emptive. Esta palabra se usa en el léxico militar para describir un ataque que se hace precisamente para prevenir un ataque del enemigo o bien para desarmarle. Y, ¿quién es el enemigo?: Trump.
Motivos: la Junta de Gobernadores sabe que cambiará radicalmente durante el 2017 y que podría tomar decisiones para anticiparse a posibles aumentos de la inflación y/o el déficit fiscal.
1) Nombramientos en la Fed: dos puestos en la Junta de Gobernadores de siete miembros de la Fed ya están vacantes, y el nuevo presidente tiene la prerrogativa de cubrirlos, en espera de la confirmación del Senado. Un tercer gobernador, Daniel Tarullo, ya ha anunciado que abandonará el banco central el 5 de abril. Los nombramientos de Trump constituirían una mayoría del directorio, que es responsable de regular los bancos y ayuda a establecer la política monetaria de la nación. Los cargos de Janet Yellen y del vicepresidente, Stanley Fischer, están programados para expirar en 2018 (febrero). Los plazos como miembros de la Junta de Gobernadores se extienden más allá de eso, pero los miembros de la Junta que abandonan el liderazgo suelen renunciar a sus escaños.
Trump no ha dicho qué tipo de persona está buscando cuando se trata de la junta directiva, pero fue muy crítico con la Fed durante la campaña, cuando le reprochó que mantuviera las tasas de interés bajas durante demasiado tiempo (para favorecer a los demócratas) y creara una burbuja de las acciones (equity). Trump ha entrevistado a David Nason, presidente y CEO de la parte financiera de General Electric, como un posible miembro del directorio.
2) Normas bancarias: desde que Donald Trump asumió el cargo de presidente, Janet Yellen defendió categóricamente las normas bancarias post-crisis y sostuvo que los bancos son sólidos y han aumentado los préstamos. Como director del Consejo Económico Nacional, Gary Cohn, uno de los cargos más influyentes de la Casa Blanca, jugó fuerte por la candidatura de Trump para revisar las regulaciones financieras. Cohn hizo una serie de apariciones en la televisión para promover las acciones ejecutivas iniciales del presidente para deshacer las políticas de la era de Obama, incluida la ley Dodd-Frank argumentando que los bancos no prestan lo suficiente y una norma que requiere que los asesores financieros actúen en el mejor interés de sus clientes.
Yellen lo corrigió enfáticamente cuando mencionó que tanto los préstamos comerciales como los industriales aumentaron fuertemente (más del 70% desde que las regulaciones fueron establecidas). Además señaló que sólo el 2% de las pequeñas empresas reportó que los préstamos eran su principal problema. La presidenta de la Fed también negó lo dicho por Cohn de que la sobrecarga regulatoria estaba haciendo que los bancos estadounidenses no fueran competitivos. Por el contrario, dijo, una base de capital más alta "confiere una ventaja competitiva mayor" lo que ha permitido a la industria financiera de Estados Unidos aumentar los beneficios, las valoraciones y ganar cuota de mercado a los rivales europeos.
Existen muchos analistas del mercado que piensan que Trump podría optar por dos caminos:
1) Dejar todo como está, pues la Fed ha sugerido que planea elevar los tipos de interés gradualmente en los próximos años en respuesta a la mejora de las condiciones económicas.
2) La reforma de la Reserva Federal, diluyendo su independencia y su poder sobre las tasas de interés (algo que intentó Ronald Reagan en su momento, a quien Paul Volcker convenció de no hacer).
En diciembre, la Reserva Federal proyectó que podría aumentar las tasas de interés a corto plazo hasta tres veces en 2017. Ese enfoque más halagüeño puede ser lo que Trump quiere, pero no lo sabemos con certeza, parecería que está a favor o en contra, o todo lo contrario.