
El presidente Trump hizo anoche el discurso anual en el Congreso y no defraudó a los mercados. El muy comentado reflation trade ha evolucionado hacia una apuesta por una rebaja fiscal y el mercado ahora se cuestiona la validez de usar valoraciones basadas en estimaciones que no incluyen una rebaja fiscal. Esta idea no solo ha extendido el rally, sino que lo ha hecho subir una marcha. Mientras escribimos estas líneas, el Dow Jones se mueve un 1% arriba, y esto viene después de movimientos positivos en 12 de los últimos 13 días.
El discurso de Trump no solo estaba en línea con la mayoría de América, sino también con lo que los mercados querían oír mientras se mantenía difuso en los asuntos más delicados. A saber, habló de “enormes” rebajas fiscales que se avecinan para las empresas, las cuales les permitirán “competir y prosperar” ante cualquiera, pero no entró en detalles sobre cómo se iba a financiar. Sí que apuntó al conocido como border tax (aranceles) aunque nunca pronunció esas palabras y, en vez de eso, la camufló magistralmente en el contexto del comercio justo/libre. Claramente, cualquier arancel significativo sería negativo para el comercio minorista, pero seguimos sin creer que haya un arancel general para todo lo que se importe a los EE.UU. Creemos que Trump podría estar considerando aranceles a nivel individual para cada país (y posiblemente apuntando a productos específicos). No olvidemos tampoco su promesa de traer un “alivio fiscal masivo” a la clase media. Obviamente, ahí también dio pocos detalles, pero reafirma nuestros pensamientos constructivos sobre el sector de consumo discrecional.
El Comandante en Jefe brindó un momento sorprendentemente emotivo en relación a un soldado recientemente asesinado en una misión. Precedió ese momento de un recordatorio de su planteamiento inicial de presupuestos, el cual contiene “uno de los mayores incrementos en gasto en defensa nacional de la historia”. Llegó a decir que el muy difamado F-35 era “fantástico”, demostrando que ya se ha reconciliado con Lockheed Martin.
Finalmente, tras muchos aplausos, Donald Trump reiteró su promesa electoral de un programa de infraestructuras de un trillón de dólares que se financiará mediante capital público y privado. El programa reemplazará carreteras, puentes, túneles, aeropuertos y vías ferroviarias. Una vez más hay pocos detalles y podemos ignorar, por ahora, de dónde saldrán los fondos para este proyecto, pero esto debería seguir soportando la cotización de las compañías de infraestructuras.