
Mientras que los principales índices de Estados Unidos registraron subidas modestas la semana pasada, los inversores vivieron una extrema volatilidad, con oscilaciones del 5% casi a diario. El S&P 500, por ejemplo, cerró la semana con un aumento del 0,6%, pero su rango de cotización llegó a alcanzar casi el 8% en algunos momentos, lo que provocó disgustos y generó cierta inquietud en los inversores.
La principal causa de esta volatilidad es, evidentemente, el coronavirus, aunque también influyeron otros factores, como las elecciones presidenciales de EE. UU. y el sorprendente recorte de tipos anunciado por la Reserva Federal.
Los sectores defensivos como los servicios públicos (+7,9%), el consumo básico (+6,2%), el sanitario (+5,0%) y el inmobiliario (+4,8%) cerraron en positivo. A lo largo de las últimas semanas, el sector de salud no seguía la tendencia del resto de sectores defensivos ante la posibilidad que un candidato izquierdista gane las primarias del Partido Demócrata. Las acciones de este sector —y del mercado en general— registraron fuertes subidas el pasado miércoles tras la victoria del moderado Joe Biden en el supermartes.
No sorprende, en cambio, que los sectores más cíclicos hayan cerrado en números rojos. El energético se ha visto particularmente afectado, con caídas del 7,3% y el precio por barril de petróleo de 41,57 dólares, el más bajo desde 2016. El barril de crudo cayó aproximadamente un 10% el viernes, una vez se supo que la OPEP y Rusia no habían logrado alcanzar un acuerdo para limitar la producción.
Adicionalmente, durante el fin de semana Arabia Saudita ha iniciado una guerra de precios al recortar los precios del crudo. Esto ha hecho que el precio del crudo baje más de un 20%, con el WTI alcanzando los 32 dólares por barril.
Los bonos del Tesoro de EE. UU. subieron bruscamente por segunda semana consecutiva, ya que el rendimiento del Tesoro a 10 años cayó hasta el 0,71% (¡un descenso de 42 puntos básicos!).
La Reserva Federal anunció el martes un recorte de emergencia de 50 puntos y al día siguiente el mercado empezó a recalcular los precios de cara a una posible reducción, ya que los inversores esperan que la Fed lleve a cabo otro recorte de 50 puntos básicos en la reunión que tendrá lugar el 18 de marzo.
A lo largo de la semana se anunciaron nuevos casos de coronavirus fuera de China. Los inversores están preocupados por el aumento exponencial de nuevos casos en Estados Unidos durante las próximas semanas. El gobierno estadounidense aprobó un decreto de gasto de emergencia de 8.500 millones de dólares para combatir el virus, pero no ha sido suficiente para tranquilizar el mercado.
El informe de empleo de febrero, prácticamente ignorado por la importancia del resto de noticias, mostró resultados muy positivos. En total, se crearon 273.000 nóminas de empleos no agrícolas, una cifra muy superior a la esperada de 170.000. Asimismo, las revisiones de los informes de enero y diciembre también fueron al alza.