
Muchas cosas se han roto durante el mes de marzo, pero el mercado del petróleo se lleva la palma. Caídas superiores al -50% durante el mes en su precio, que provocan que las caídas acumuladas en el año para este mercado sean superiores al -65%.
¿Qué ha pasado? ¿Está justificado? Si no fuera poco el caos que conlleva para la industria que la demanda se desplome al tener a un tercio de la población mundial encerrada en casa sin poder usar coche, avión, etc., a ello se unió que por el lado de la oferta, cuando se suponía que tenía que haber avances entre Rusia y Arabia Saudí para acordar un nuevo recorte de producción de crudo, se produjo todo lo contrario, un desencuentro entre ambos países que hizo que la mañana del 9 de marzo fuese histórica. Ese día el precio del petróleo tuvo su mayor caída desde la guerra del Golfo.
Básicamente, en cualquier mercado, cuando no casan las cantidades entre oferta y demanda el precio del producto en cuestión sufre variaciones. En este caso, si la demanda se hunde al estar la gente confinada y el país mayor productor del mundo hace declaraciones de que va a inundar el mercado del petróleo con más y más barriles, entonces el mercado se rompe.
¡Se rompió! Sí, y aunque lleguen a pequeños acuerdos para intentar arreglarlo, este mercado es muy inelástico y pequeñas variaciones en oferta o demanda se traducen en grandes variaciones en su precio. Necesitaremos por tanto un gran acuerdo, un gran arreglo.
Mientras se de esta circunstancia es difícil que el precio del petróleo suba o incluso se estabilice, por mucho que el precio se encuentre cerca de los 20 dólares el barril. Los saudíes ya han dicho que ellos son los que menores costes de producción tienen y que no les importa que quiebren otros productores. Dicen que por encima de 8 dólares el barril ya ganan dinero, quien sabe, quizá ellos ya han puesto el precio...