Los cambios acelerados que estamos viviendo nos llevan, a todos los niveles, a continuas modificaciones de escenario. Para poder adaptarnos y superarlo con éxito, hace falta un cambio de mentalidad. Los nuevos retos precisan de nuevas fórmulas y la banca privada no es ajena a esta realidad.
Seguramente muchos de ustedes habrán oído hablar de la cadena de bloques ('blockchain') y de la revolución tecnológica que puede llegar a producirse. Nos olvidaremos por un momento del bitcoin y del mundo de las criptodivisas y nos centraremos en lo realmente importante, la tecnología que hay detrás.
En relativamente pocos años y gracias a lo que todavía llamamos nuevas tecnologías –pero que ya no son tan nuevas–, los cambios que estamos experimentando a nivel personal y empresarial no tienen parangón en la historia. Son continuos y acelerados, y no tienen vuelta atrás, tanto en lo que afectan a nuestra forma de vivir como en la forma de gestionar las organizaciones.
Los inversores estamos mal equipados de serie y somos más irracionales de lo que cree-mos. En nuestro día a día tomamos decisiones de inversión que quizás no sean las más convenientes para nosotros, influenciados por nuestros sesgos cognitivos. Entender las finanzas conductuales y conocerse a uno mismo es imprescindible de cara a minimizar los errores.
El recién estrenado 2018 supone la entrada en vigor efectiva del intercambio automático, con el primer envío de datos fiscales entre julio y septiembre.