China impuso ayer nuevos aranceles, por valor de 60 mil millones de dólares, sobre productos estadounidenses "como respuesta al unilateralismo y proteccionismo de EE. UU.", desafiando a las amenazas de Trump de que, si imponían tarifas, contraatacaría con más tarifas aún. En palabras de Trump, "China no debería vengarse, sólo será peor para ellos... Sufrirán daños graves".
Dicho esto, las relaciones entre ambos países parecen no estar dañadas, ya que las negociaciones continúan y se prevé que ambos presidentes se reúnan en la cumbre del G-20 que se celebrará a finales de junio.