26 de Enero 2018
Latinoamérica: un despegue prometedor
Centro cultural Banco do Brasil

En los últimos años no se observaban señales de recuperación económica en Latinoamérica. Aún existían secuelas de la fuerte caída de los precios de las materias primas, de los escándalos de corrupción y del deterioro de la situación macroeconómica en general. Sin embargo, el panorama ha mejorado: factores como el crecimiento medido por el PIB real y la inflación en la mayoría de los países de la región lo demuestran.

Latinoamérica, como un todo, se expandió cerca del 1,5% en 2017 después de una contracción del -0,8% en 2016. Por su parte, la inflación de la región (excluyendo Venezuela y Argentina) cayó del 6,4% en 2016 al 4,5% en 2017, y en consecuencia, algunos bancos centrales (como Brasil y Colombia) han tenido espacio para relajar su política monetaria e impulsar aún más el crecimiento económico, un factor que ha limitado la valorización de la renta fija en moneda local.

Lo más probable es que la tendencia de recuperación continúe y la región crezca entre un 2% y un 2,2% en los próximos dos años, beneficiándose adicionalmente de un crecimiento global sincronizado. Dichas expectativas se vieron reflejadas en el índice MSCI Emerging Markets Latin America en USD, que se revalorizó cerca de un 20% en 2017, inferior al 35% del MSCI Emerging Markets pero con una ganancia similar a la renta variable mundial.

Es probable que la tendencia de recuperación continúe y que la región crezca entre un 2% y un 2,2% en los próximos dos años

Es importante tener presente que Latinoamérica se encuentra en transformación. Por ejemplo, históricamente las grandes compañías por capitalización bursátil en Brasil se han caracterizado por ser productoras de materias primas, pero hoy en día este lugar lo ocupan bancos y empresas de consumo, dos sectores que deberían favorecerse de la recuperación económica. Esta tendencia es sincronizada, pues el sector financiero se encuentra actualmente entre los sectores que más pesan en los índices bursátiles de Colombia, Perú y Chile, algo no pensado a inicios del siglo XXI.

Las tres razones para un año prometedor

Las buenas noticias no acaban aquí. 2018 es un año prometedor para la región principalmente por tres razones. En primer lugar, es probable que las condiciones macroeconómicas en LatAm continúen mejorando debido a la reactivación de la actividad económica, el ajuste de los déficits fiscales y comerciales, y la disipación de choques temporales que afectaron el nivel de precios.

En segundo lugar, el eterno enemigo de las monedas latinoamericanas parece que seguirá ausente: el dólar estadounidense no se fortalecería debido a que no se esperan subidas agresivas en tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, pues la inflación en la primera economía del mundo puede que tarde aún más en llegar debido a cambios estructurales como el impacto de la tecnología en el nivel de precios.

Por último, la demanda de activos de la región por parte de inversores internacionales buscando rendimiento y diversificación en un entorno de bajos tipos de interés a nivel global y abundancia de liquidez juega un papel determinante en el momento de invertir alrededor de América Latina.

El dólar, "eterno enemigo" de las monedas latinoamericanas parece que seguirá ausente, puesto que no se esperan subidas agresivas en tipos de interés por parte de la Fed

No obstante, el año 2018 no está exento de riesgos, y para Latinoamérica la turbulencia la generarán principalmente las elecciones presidenciales en Colombia, México y Brasil en los meses de mayo, julio y octubre, respectivamente, que pondrán a prueba las reformas estructurales que requiere la región y la continuidad de políticas amigables con el mercado, pues existen posibilidades de que partidos diferentes al status quo lleguen al poder.

Las elecciones presidenciales previstas en Colombia, México y Brasil se apuntan como elementos de posibles turbulencias

Esta incertidumbre inyectará volatilidad en los diferentes activos de la región y posiblemente las monedas se vean presionadas con un sesgo a la depreciación, y la lateralidad vista en el índice Latin America Currency Index de JP Morgan, que finalizó el año 2017 con una valorización cercana al 0,6%, se verá amenazada. Recordamos que el camino pinta agradable, pero mientras se tengan más objetos en el radar solo habrá que ajustarse los cinturones.

Crèand Asset Management

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