25 de Octubre 2018
Latinoamérica, la angustia no cesa

El año 2018 ha sido todo un reto. Las tensiones comerciales, un rebote repentino del dólar y la normalización monetaria pasaron factura a los mercados emergentes. En el corto plazo la presión continuará, pero una reversión a la media es probable, sobre todo cuando se disipen las incertidumbres políticas.

El 2018 no ha sido un año apto para cardíacos. Los fuertes vaivenes del mercado y la alta incertidumbre han logrado que los nervios se alteren y los nubarrones persistan. El entorno sincronizado visto a principios de año se esfumó y se creó una divergencia. Los grandes retornos se han concentrado en un solo país, Estados Unidos, gracias a su favorable entorno macroeconómico. Las demás regiones se encuentran encogidas de hombros y los mercados emergentes son los que más han sufrido con el escalamiento de las tensiones comerciales, la normalización monetaria y la fortaleza del dólar vista desde abril. En lo que llevamos de año acumulan una caída en la renta variable y la renta fija, tanto en moneda fuerte como local, del 20%, 8% y 12%, respectivamente.

La coyuntura actual se comenzó a gestar desde el año 2015, cuando las tasas de los fondos federales de Estados Unidos estaban en un rango de entre el 0% y el 0,25% y en diciembre de ese año el banco central dio su primer paso para normalizar su política monetaria, que desde entonces ya acumula ocho aumentos de 25 puntos básicos cada uno. Adicionalmente, la reducción de su balance desde finales de 2017, al reinvertir una menor cuantía de los vencimientos, ha afectado a la liquidez a escala mundial. Este evento, junto con los diferentes catalizadores mencionados anteriormente (tensiones comerciales y fortaleza del dólar), ha empujado a las economías más frágiles contra las cuerdas. En palabras de Warren Buffett “solo cuando la marea baja se sabe quién nadaba desnudo” y, en efecto, Turquía y Argentina, que están sufriendo una crisis cambiaria y de confianza, son un claro ejemplo de ello.

Argentina y Turquía comparten grandes fragilidades, como déficits gemelos, reservas internacionales relativamente bajas, y altos niveles de inflación y endeudamiento. No obstante, una importante diferencia es cómo se ha hecho frente a la crisis. En Argentina, el apoyo del FMI y actuar como lo sugiere el libro de texto, con políticas ortodoxas —como aumento de tasas por parte del banco central, ajustes y reformas fiscales—, podrían augurar un buen futuro a pesar de las continuas malas noticias, como la reciente renuncia del presidente del banco central de Argentina, Luis Caputo, un peso pesado en materia económica. En Turquía, por el contrario, el banco central se muestra apático, el presidente interviene en las decisiones y se anuncian ajustes irrelevantes e insuficientes, por lo que probablemente los resultados no serán muy positivos. Aunque recientemente el banco central de Turquía aumentó su tasa de referencia en 600 puntos básicos y generó un poco de alivio, es difícil creer que se volverá un banco transparente de la noche a la mañana.

A pesar de que navegar en el 2018 en mares emergentes no ha sido nada fácil, tarde o temprano habrá una reversión a la media

La tranquilidad parece estar lejos y al mirar hacia tierras latinoamericanas se divisan grandes retos y riesgos. En el caso de Brasil, el riesgo es claramente político, aunque después de las elecciones que se celebrarán en octubre el panorama será más claro y no se descarta una sorpresa positiva. En México, las buenas noticias ya se encuentran en gran parte descontadas. Tras disiparse el ruido electoral, fue uno de los países más resilientes, por lo que en un escenario de risk on sus pares —Chile, Brasil y, en menor medida, Perú y Colombia— podrían tener mucho más campo de mejora. Así mismo, la política monetaria interna será protagonista. A pesar de que navegar en el 2018 en mares emergentes no ha sido nada fácil, tarde o temprano habrá una reversión a la media en general, impulsada por un catalizador económico o político. En el corto plazo es posible que la volatilidad y el deterioro continúen, por lo que la selectividad es clave. Los temas principales que hay que analizar son posibles cambios en las políticas monetarias, el desempeño del dólar americano, las negociaciones alrededor de tensiones comerciales, elecciones e indicadores económicos frente a las expectativas.

Diego Fernando Agudelo López
Analista LatAm

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