
Tras la caída de enero, en la que el S&P 500 bajó más de un 10% en solo dos semanas, el mercado ha tardado seis meses en alcanzar nuevos récords. No solo sube el S&P 500, sino que el Dow, el Nasdaq, el Russell 2000 y el Dow Transports también están en sus máximos históricos o cerca de ellos. Los últimos seis meses han visto un restablecimiento de las expectativas y de la confianza, lo que ha ayudado al mercado a recuperarse. Para ser honestos, en 2018 el mercado ya se ha comportado mejor de lo que la mayoría de los analistas de Wall Street creían posible a finales de 2017, y definitivamente mejor de lo que nadie hubiera pensado cuando estábamos en los mínimos de febrero.
Por supuesto, hay varios datos tangibles que han ayudado al mercado a recuperarse. Para nosotros, el más importante es que el crecimiento de los beneficios del primer trimestre de 2018 del S&P 500 llegó al 25%, con otro 25% en el segundo trimestre. La fortaleza en el crecimiento de los beneficios es un fuerte elixir que ha compensado las preocupaciones respecto a las guerras comerciales.
Y hablando de guerras comerciales, hay pocas pruebas sólidas de que los aranceles hayan afectado significativamente a la economía. El mercado tampoco cree en un efecto económico futuro excesivo de la guerra comercial, ya que muchos inversores siguen convencidos de que las disputas comerciales finalmente se resolverán. Sí que ha habido un par de empresas, como Micron, que han culpado a los aranceles de las decepcionantes previsiones de resultados, pero son la excepción y no la regla. En pocas palabras, el efecto económico de los aranceles no se ha manifestado de manera perceptible, al contrario que los beneficios de los impuestos más bajos. Tampoco olvidemos todas las recompras que las empresas están ejecutando gracias a la reforma tributaria. En el primer trimestre de 2018, las compañías recompraron 189.000 millones de dólares de sus propias acciones, lo que empequeñece los 137.000 millones comprados en los seis trimestres anteriores a la reforma tributaria. Las recompras para el segundo trimestre parecen ser incluso mayores a estos 189.000 millones.
“He hablado con cientos de directores ejecutivos [...] y todos están invirtiendo más debido a las exenciones fiscales”. Marc Benioff
Todo lo que se dice de guerras comerciales y de la obsesión de la administración Trump por reducir los déficits comerciales con los aranceles ha despertado el temor de una inflación creciente, que sofocará el crecimiento. Esto se relaciona con nuestro segundo dato, que es que el IPC se ha recuperado un poco, pero el IPC subyacente (excluye alimentos y combustible) apenas se ha movido (ver gráfico).

Nuestro tercer dato es el crecimiento real del PIB. Por supuesto, comenzamos 2018 con un prosaico 2,2%, pero luego se aceleró a un destacado 4,2% en el segundo trimestre, lo que hizo realidad la promesa de campaña del presidente Trump de un crecimiento del 4% del PIB (aunque sea solo para un trimestre). Las secuelas del huracán Florence podrían afectar al crecimiento del PIB en el tercer trimestre, pero la Fed de Atlanta estima un fuerte crecimiento del 4,4% (ver gráfico).

Hasta ahora, 2018 ha sido bueno para los inversores y no puede pedirse mucho más al mercado accionario (excepto pedir egoístamente que siga marcando nuevos máximos). Sin embargo, esperar otro buen año en 2019 podría ser una tarea difícil teniendo en cuenta que los intereses deberían subir, las comparaciones de ganancias no serán tan favorables, no hay un final a la vista para la guerra comercial y, sí, ¡Donald Trump seguirá siendo presidente!