19 de Mayo 2020
La globalización en tiempos de la COVID-19

 

Durante las últimas décadas hemos vivido varias olas de globalización que han traído un aumento de la riqueza global y una sensación de que ahora vivimos mejor que nuestros padres.

Antes del inicio de la pandemia el sistema económico presentaba puntos débiles fatales derivados de un sistema económico parcheado tras la crisis financiera del 2008. Hasta entonces las fronteras se abrieron a personas, bienes, servicios, capital e información. China se había convertido en la fábrica del mundo. Esos parches derivaron en un Brexit, poniendo de manifiesto las debilidades esenciales de la Unión Europea. Con Trump llegaron las guerras comerciales y la intensificación de la slowbalisation.

El comercio mundial de bienes puede reducirse hasta un 30% este año a causa del cierre de las economías. A medida que haya una reapertura, no esperemos una rápida recuperación. La pandemia está afianzando un sesgo hacia la autosuficiencia. Este movimiento hacia adentro aflorará las debilidades de las economías y propagará la inestabilidad geopolítica. Ya hemos visto las primeras propuestas y acciones: subsidios para las empresas que repatrian fábricas, aperturas turísticas entre países geográficamente cerca (burbujas de viaje), amenazas de aranceles a socios tradicionalmente estratégicos, anarquía y descoordinación en la Unión Europea.

Renunciar a la diversificación de las cadenas de suministro nacionalizándolas concentra el riesgo, se pierden economías de escala y somos menos eficientes

No pensemos que con un sistema de controles más nacionalista e intervencionista todo vaya a ser más seguro y se solucione rápidamente. Esto solo hará aumentar todavía más la brecha entre los países pobres y los ricos. Renunciar a la diversificación de las cadenas de suministro nacionalizándolas concentra el riesgo, se pierden economías de escala y somos menos eficientes. Un mundo fracturado solo puede llevar a más fracturación, dificultando aún más la recuperación económica.

Hace unas semanas el prestigioso filósofo político británico John Gray se postulaba con una afirmación contundente: “Adiós a la globalización, el capitalismo liberal está en quiebra. Esperemos que ese adiós a la globalización no llegue a materializarse, sino que sea solo un punto de inflexión para reflexionar y mejorar todo el sistema económico y de bienestar social global. Lo que sí queda claro es que empieza un mundo nuevo diferente. Esperemos que ello no suponga una vida más cara y con menos libertad para nuestros hijos.

 

Josep Nin, FRM, CAIA
Gestor senior de Renta Rija y Activos Monetarios en Crèdit Andorrà Asset Management

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