
Tanto el S&P 500 como el Nasdaq comenzaron la semana pasada en máximos históricos, pero una fuerte liquidación en valor/acciones cíclicas hizo bajar los índices. El S&P 500 perdió un 1,9%, mientras que el Nasdaq, más orientado al crecimiento, solo perdió un 0,3%, siendo el viernes su día más fatídico. Los comentarios de la Fed fue lo que desencadenó la venta masiva.
Los sectores más cíclicos fueron castigados con especial severidad la semana pasada, con una caída de más del 5% de los sectores de las finanzas, los materiales y la energía. El sector tecnológico logró terminar la semana con una ligera ganancia.
Como se había previsto, el FOMC no realizó cambios en la tasa de interés de fondos fe-derales ni en su ritmo de compra de activos. La gran diferencia que afectó al mercado fue que el pronóstico a medio plazo de la evolución de los tipos de interés vaticinó dos subidas para finales de 2023. El pronóstico anterior no auguraba ningún tipo de variación de los tipos hasta 2023. Además, el infame gráfico de puntos mostró que 7 miembros de la FMOC esperan una subida de tipos en 2022.
Por si todo esto no fuera suficiente, las declaraciones del viernes de Louis Bullard, presi-dente del Banco de la Reserva Federal de Saint Louis, complicaron todavía más la cosas. A diferencia del discurso moderado de Powell, Bullard adoptó un tono bastante "hawkish" cuando mencionó que la inflación ha sido más alta de lo esperado y que cree que los aumentos de tipos deberían comenzar en 2022.
Sorprendentemente, el rendimiento del bono del Tesoro estadounidense a 10 años termi-nó la semana un poco más bajo. El rendimiento se había disparado casi al 1,60% después de la declaración de política por parte del FOMC, pero volvió a disminuir a lo largo de la semana hasta llegar al 1,44%.