
Durante estos días las calles de Madrid se han llenado de arte. ARCO, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid, una de las ferias más reconocidas a nivel mundial, abrió sus puertas a artistas y coleccionistas para su encuentro.
Recogiendo el espíritu que estos días vivió la ciudad, vemos cada día mayor interés en las obras de arte como activo de inversión alternativo a los productos financieros tradicionales. Además, en el contexto de incertidumbre actual en el que nos encontramos, y dentro de una estrategia de diversificación patrimonial, el arte puede ser un valor refugio.Eso sí, conviene ir siempre de la mano de los expertos para disfrutar de todo el proceso de inversión y optimizar dichas inversiones.
Reflexionar sobre si todo patrimonio bien diversificado debería incluir el arte, cuánto de importante resulta contar con el asesoramiento de un experto, cómo se invierte, cuáles son las mejores formas de canalizar la inversión, cómo se obtiene la rentabilidad o cuál es la carga o el ahorro impositivo que supone contar con una de estas obras en el patrimonio son algunas de las cuestiones a abordar.
Desde el punto de vista de la diversificación de los grandes patrimonios, junto con los activos empresariales, financieros o inmobiliarios, el arte es, sin duda, una de las áreas de diversificación a valorar más allá de gustos o intereses de las familias. Pero… ¿qué es realmente lo que hay que tener en cuenta a la hora de invertir en arte?
Lo primero, como en toda inversión, es contar con el asesoramiento de un experto en la materia que nos ayude a seleccionar aquellas piezas, a día de hoy físicas o virtuales, que mejor se ajusten a nuestros gustos e intereses, así como a la finalidad que se persiga con la adquisición de la obra.
Partiremos de la máxima que hay que comprar aquello que te guste, pero, como dicen los expertos, el gusto se educa y se puede orientar y para ello estos profesionales tienen un papel clave.
No obstante, con las obras de arte debemos ir más allá de una pura adquisición filantrópica. Nos referimos a la búsqueda de una revalorización o una generación de rentas similar a la que se busca en una acción o un bono, así como a una fiscalidad favorable en el presente o en el futuro, cuando dicho patrimonio se transmita a la siguiente generación.
Y, al igual que en el mercado financiero, en el mercado del arte la variedad de activos es infinita pero no todas las obras serán adecuadas para todos los inversores.
Para abordar esta cuestión, siempre es positivo contar con la opinión de un experto en planificación patrimonial que analice la construcción de esta rama del patrimonio familiar, tanto en la imposición personal y patrimonial presente, para permitir el disfrute personal o colectivo de las obras y la obtención de rentabilidad, como en la futura, mediante la organización del mismo para el traspaso a las siguientes generaciones en las mejores condiciones posibles.