
Estados Unidos acelera su ritmo apoyado en la política fiscal expansiva y los indicadores dibujan una economía en pleno empleo (con una tasa de paro en un bajo 3,9%), con un crecimiento dinámico y tendencias inflacionistas firmes.
En Europa, Las perspectivas de la eurozona se mantienen positivas, a pesar de la moderación del ritmo de actividad. La ralentización del crecimiento en la primera mitad del año se debió, en gran parte, al menor dinamismo de la demanda exterior –tras un 2017 muy positivo–, reflejo del debilitamiento de la demanda global de bienes y servicios y la apreciación del euro en 2017. Se espera que la expansión económica se mantenga firme gracias a las favorables condiciones económicas y a la buena evolución del mercado laboral.
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