
Ganó Andres Manuel López Obrador, AMLO. En realidad, según dicen, su nombre era Manuel Andres, MALO, y lo cambió. Fue jefe de gobierno del Distrito Federal (Ciudad de México) de 2000 a 2005. Obtuvo el 53% de los votos, con participación récord; los jóvenes le dieron su apoyo con promesas de terminar con la corrupción, la impunidad y la violencia.
Pragmático, con cierta ambigüedad ideológica. Con habilidad para negociar con las estructuras económicas y sindicales vigentes, cree más en el nacionalismo mexicano que en izquierdas o derechas. Su proyecto económico se inspira en el desarrollo estabilizador de 1954-1970, que impulsó el crecimiento con fuerte intervención estatal y es un poco el modelo que había antes del neoliberalismo en México, antes de 1982.
La alianza Juntos Haremos Historia, encabezada por su Movimiento Regeneración Nacional (Morena), incluye al partido de los evangélicos, y el nombre Morena evoca a la Virgen de Guadalupe, llamada la Virgen Morena.
El tema más complicado que le espera es la relación con el vecino del norte (EE. UU. y Trump). Tuvieron un contacto telefónico en el que conversaron sobre las negociaciones del Tratado de libre comercio de América del Norte (TLCAN) y la posibilidad de un acuerdo por separado entre ambos países, más al estilo de lo que quiere Trump. Seguramente conversen de nuevo después de las elecciones de noviembre en EE. UU. y que AMLO asuma el cargo, el 1 de diciembre.
"Tuvimos una gran conversación, como de una media hora de duración. Hablamos sobre seguridad fronteriza, hablamos sobre comercio, hablamos sobre TLCAN y sobre un acuerdo por separado, solo entre México y EE. UU.", dijo Trump en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca.
Los resultados más sorprendentes en las elecciones federales están relacionados con el número de escaños que Morena alcanzó en la cámara baja y la cámara alta del Congreso, al alcanzar la mayoría simple en ambas, alrededor del 50%, respectivamente.
AMLO emitió un mensaje pragmático el que destacó su compromiso con la independencia del banco central, la disciplina fiscal y financiera y puso especial atención a la seguridad. Fue conciliador y mencionó la importancia de apoyar y respetar la inversión privada para impulsar el crecimiento. También aclaró que se revisarán los contratos de energía y que se formará una comisión para decidir el futuro del aeropuerto de la Ciudad de Nuevo México.
En su discurso de cierre de campaña en el Estadio Azteca, AMLO resumió los cambios que vendrán con su presidencia. De ellos había hablado durante toda su campaña, pero fue puntual al exponerlos uno por uno. Aunque todavía falta saber si el Congreso tiene algo que decir sobre el conjunto de medidas que tomará a partir del próximo 1 de diciembre, la mayoría de cambios son conocidos, porque antes los puso en práctica en el gobierno de la Ciudad de México, donde aplicó la "austeridad republicana". Sin duda, estos cambios levantarán controversia y la crítica de sectores que miran sus intenciones como medidas "cosméticas”.
1) No utilizar la residencia oficial, que se convertiría en un espacio cultural.
2) Reducir a la mitad el salario presidencial y de altos funcionarios.
3) Reducir escoltas y guardaespaldas.
4 Venta del avión presidencial y de la flota de aeronaves al servicio de funcionarios.
5) Cancelación de gastos médicos y mínimos viajes al exterior de funcionarios.
6) Eliminación de los fueros presidenciales.
7) Revocación del mandato a los 3 años y someter su presidencia a una consulta popular.
8) Las actividades del gobierno empezaran a las 6 AM, con una reunión de gabinete.
9) Cierre del Cisen, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (espías).
10) Eliminación de las pensiones de ex-presidentes.
La reacción de los mercados
El mercado ya había descontado gran parte de este resultado de los comicios electorales, reflejado en un repunte del 6,75% en la bolsa mexicana (IPC), desde mínimos de mayo, así como una apreciación del peso mexicano del 4,7% desde su nivel mínimo de mediados de junio. La reacción inicial en la moneda mexicana fue una apreciación del 2% mientras que el IPC experimentó una ligera caída más bien relacionada con temas externos. En el caso de los bonos gubernamentales locales, la reacción fue más acotada después de la apreciación de 40 puntos base que vimos desde mediados de junio hasta antes de las elecciones.
Las declaraciones de Andrés Manuel López Obrador han quitado presión a los activos locales, al asegurar que cuando asuma el poder no abusará de la mayoría obtenida por su coalición en el Congreso. Esperamos que este repunte postelectoral continúe en el corto plazo, a medida que la próxima administración siga dando anuncios favorables al mercado que sustenten el rendimiento, tomando en cuenta la actual combinación de sólidos fundamentales macroeconómicos así como la atractiva valuación y un carry trade favorable en México, no sin riesgos de una desaceleración a medida que las políticas gubernamentales se muevan hacia un enfoque más dirigido por el gobierno vs políticas orientadas al mercado. Esta desaceleración podría tardar en producirse, dado que insistimos en que la situación macro en México es buena.
Habrá que seguir de cerca principalmente la postura fiscal del nuevo gobierno así como la deuda externa, ya que AMLO presentó varias propuestas que aumentarían el gasto pero también prometió no ampliar la carga fiscal. Con el tiempo, el impacto inicialmente positivo de una ampliación de los déficit fiscales resultará en una mayor razón deuda/PIB y, a la postre, en un México más vulnerable.
También habría que tener certeza en áreas clave, como el sector energético, ya que un cambio en las condiciones actuales podría afectar las perspectivas de inversión en el corto y medio plazo, así como a la renegociación del TLCAN (o posible acuerdo bilateral EE. UU. – México), el cual sigue siendo un factor decisivo en el futuro, aunque esperamos un resultado positivo al final del proceso.