
La agencia de evaluación Fitch Ratings confirma el rating de Andorra en BBB+ y perspectiva estable en su más reciente valoración, hecha pública el 8 de febrero pasado. La calificación de Fitch llega pocas semanas después que otra agencia de valoración, Standard&Poor's, reafirmara su rating para Andorra.
La entidad destaca la retirada, por parte de la Unión Europea, del Principado de la lista de jurisdicciones fiscales no cooperantes además de la disminución de su deuda soberana, el equilibrio de las finanzas públicas y el crecimiento moderado del PIB. Igualmente, pone en relieve la solidez de la actividad económica interna, con el turismo, la construcción y los servicios financieros con tasas de crecimiento en aumento.
Fitch valora de manera positiva los pasos emprendidos por Andorra en cuanto a la homologación internacional, especialmente en el ámbito financiero, con la adopción de estándares internacionales de transparencia e intercambio de información fiscal. En este sentido, la introducción de las normas de capital de Basilea III y la adopción de los estándares comptables NIIF han contribuido, segun Fitch, a dotar de estabilidad financiera al sector. Finalmente, y en el marco del Acuerco monetario con la UE, el Parlamento andorrano aprobó recientemente la Ley de solvencia, liquidez y supervisión de entidades bancarias, que prevé un entorno normativo y regulatorio más estricto. En relación con los bancos andorranos, la entidad señala que gozan de una base estable de depósitos de clientes, una baja necesidad de financiación externa y una gestión conservadora en cuanto a sus posiciones de liquidez.
La agencia espera de Andorra que se mantenga en el proceso de alineamiento con los estándares internacionales y que prosiga en sus esfuerzos para alcanzar un acuerdo de asociación con la UE así como continuar la negociación para la posible adhesión al Fondo Monetario Internacional.
Fitch termina su evalución enumerando los factores que pueden contribuir a una subida del rating para Andorra, entre los que destaca la mejora en la calidad y la frecuencia de los datos recopilados, las rebajas contínuas de la deuda pública en relación con el PIB o la mejora de las previsiones de crecimiento a medio plazo.