
El S&P 500 alcanzó el jueves un nuevo máximo de cierre del año (4.199) y el viernes, un nuevo máximo intradía (4.212). Sin embargo, no pudo cerrar por encima de 4.200, que ha sido una zona de resistencia firme desde agosto de 2022. El continuo rendimiento superior de los valores de gran capitalización ayudó a sostener el S&P.
El Vanguard Mega Cap Growth ETF (MGK) subió un 2,9%, mientras que el Invesco S&P 500 Equal Weight ETF (RSP) subió un 1,0%. El S&P 500 ponderado por capitalización bursátil ganó un 1,7% y el Nasdaq un 3,0%. La mayoría de los sectores del S&P 500 registraron ganancias esta semana, encabezados por los de tecnología (+4,2%), consumo discrecional (+2,6%), servicios de comunicaciones (+3,1%) y financiero (+2,2%). Por su parte, el sector de servicios públicos (-4,4%) registró el mayor descenso, seguido del inmobiliario (-2,4%).
Los inversores pasaron gran parte de la semana lidiando con todas las noticias relacionadas con el techo de la deuda. El optimismo acerca de un acuerdo sobre el techo de la deuda comenzó a surgir después de que el presidente Joe Biden se reuniera el martes con los líderes del Congreso. Los comentarios de los líderes del Congreso alimentaron la esperanza de que las partes estuvieran más alineadas en las negociaciones sobre el techo de deuda. Ese optimismo siguió creciendo hasta que el viernes las conversaciones entre la Casa Blanca y los republicanos terminaron abruptamente cuando el negociador republicano decidió que tenía que pulsar el botón de pausa. Las negociaciones del viernes se produjeron mientras el presidente Biden se encontraba en Japón para asistir a la reunión del G7. Biden regresa a EE.UU. esta semana y se espera que continúe las negociaciones.
Esta semana también se escucharon algunos comentarios hawkish de la Fed. En concreto, la presidenta de la Fed de Dallas, Lorie Logan, afirmó que los datos actuales aún no respaldan que la Fed haga una pausa en junio. El presidente de la Fed de Saint Louis, Jim Bullard, reconoció la necesidad de seguir subiendo los tipos, ya que la inflación sigue siendo persistentemente alta. La opinión de Bullard refuerza la idea de que los funcionarios de la Fed no se plantean recortar los tipos este año.