
En un entorno en el que las perspectivas económicas son positivas, con un clima de elevada confianza, una mejora del empleo y un incremento del consumo privado, lo que sin duda marcará 2018 es el principio del fin de las políticas monetarias ultraexpansivas. La inflación, variable clave que seguir, continúa baja, pero la probabilidad de sorpresas de inflación al alza es más elevada que en años anteriores, sobre todo en un marco de expansión económica más dinámico y que influya en una aceleración del crecimiento de los salarios.
En un entorno de perspectivas económicas positivas, lo que marcará 2018 es el principio del fin de las políticas monetarias ultraexpansivas
El gran riesgo de la renta fija es la duración y cuándo van a normalizarse las primas de riesgo. El rally puede continuar si el proceso de aumento de tipos de interés es gradual. Seguir invirtiendo sí, porque también existe el riesgo de quedarse fuera, pero evitando caer en la complacencia.
Podemos diferenciar dos partes en el año: una primera en la que se extenderá el status quo monetario y el exceso de liquidez, aunque menor que en años anteriores, gracias al todavía fuerte soporte por parte del BCE; y una segunda parte cuando se conozca la decisión sobre la continuidad del QE, donde deberemos estar preparados para hacer frente a una mayor volatilidad, ya que una reducción abrupta de los diferentes programas de compra de activos podría tener un impacto sobre el retorno de diferentes activos.
¿Qué esperamos de las diferentes clases de activos de renta fija?
En gobiernos, donde se ha experimentado un fuerte aumento de la deuda global (un incremento del 40% desde 2008, según el Banco Internacional de Pagos), un mayor volumen de emisiones netas y mayores presiones inflacionistas llevarán al alza las TIR de los bonos.
La estabilización de las monedas de los países emergentes ha provocado una importante desinflación que ha permitido a algunos bancos centrales (Brasil, Rusia, India e Indonesia) relajar sus condiciones financieras
En crédito, a nivel fundamental se presenta un entorno positivo (buenos datos a nivel macro y micro, buena acogida de los primarios, mejora esperada de las calificaciones y baja tasa de default (media High Yield <2%) pero con las TIR tan bajas el riesgo aumenta, lo que obliga a extremar la prudencia. La selección de crédito cobra mayor importancia, si cabe, en el proceso de inversión, y el diferencial de crédito que exigimos deberá compensar el riesgo asumido. Por el momento preferimos la combinación de calidad crediticia, inversión en tramos medios y una subordinación mayor. Particularmente, el sector financiero ha estado bien capitalizado y han mejorado las métricas, y además le beneficia el aumento de tipos y una previsible menor regulación.
Los fundamentales de los países emergentes siguen mejorando en línea con los buenos datos macro que vemos a nivel global, al igual que mejoras en el balance por cuenta corriente y acumulación de divisas. Ayudan a diversificar la cartera y ofrecen rentabilidades más interesantes que los mercados desarrollados. Están contribuyendo a la aceleración global, ya que la estabilización de sus monedas ha provocado una importante desinflación que ha permitido a algunos bancos centrales (Brasil, Rusia, India e Indonesia) relajar sus condiciones financieras. La búsqueda de rentabilidad continuará, con lo que se esperan que continúen los flujos de entrada en estos activos.
Ante el escenario previsto, será necesario dotarse de una mayor flexibilidad e internacionalización en las inversiones para aprovechar un mayor universo de activos. May the force (en la renta fija) be with you en 2018.